Entrevista Jordi Salas
Sus “ancestros” fueron escaladores, la escalada la lleva en algo más que en la sangre. Se podría decir que es la EVOLUCIÓN genética del Ser Humano al Escalador. Posiblemente Jordi Salas ya haya pisado los sectores de escalada más importantes del mundo y tocado todos los tipos de roca que existen, sin embargo, sigue haciendo lo que cualquier amante de la roca hace, va a por más. Y es en este momento en el que nos cuenta algo de lo vivido y, tal vez, algo de lo que vendrá.
Jordi, ¿cómo te iniciaste en la escalada?
Jordi Salas > Me iniciaron mis padres y todos sus amigos (que eran todos escaladores): Anglada, Guillamon, Jordi Pons, Joan Cerdà, etc. Mi tío también escalaba, abrió la GAM de Diables de Montserrat, y mi abuelo se mató escalando en Montserrat. O sea, que desde que nací, entre hacer montaña y escalar, se puede decir que llevo casi toda la vida de cara a la pared. Siempre fue mi obsesión, de muy pequeño sólo leía cuando se trataba de algo de montaña o escalada.
¿Y cuándo diste el primer paso para hacer free solo?
Jordi Salas > Más o menos a los 12 años, mi ídolo era un crack del solo, John Bachar, y yo quería ser como él. Por eso el solo y el bloque siempre han ido conmigo, me encantan las sensaciones que te da el free solo, de hecho nunca he dejado de hacerlo, aunque lo dosifico, lo convivo con boulder y deportiva.
¿Tuviste algún accidente importante escalando en free solo?
Jordi Salas > Sí, hace justo un año arranqué un canto enorme como un saco de cemento y se me cayó encima del pie, me rompió un hueso. El problema es que estaba a más de 30 o 40 metros del suelo, y encima me quedaban unos 10 para poder salir. Bajé de culo, hasta el coche, pero me empecé a marear, y un amigo me tuvo que llevar a casa. Me pasé todo el verano con muletas y escayola.
¿Nos podrías contar la verdadera historia de Boreal?
Jordi Salas > Sí, claro. Mis padres, junto con Jesús, fueron los que empezaron Boreal. Mi padre era representante de material de escalada, y como vendía Galibier (pies de gato y botas Boreal), entre otras marcas, pensó en la idea de crear su propia marca de calzado. Mi madre puso el nombre, y ¡venga! Adelante. Luego, muchos años más tarde, se vendieron su parte. Yo era pequeño y no sé el motivo, pero como puedes imaginarte, siempre he usado Boreal. Y mira por dónde, ahora soy el distribuidor de EVOLV. La vida da muchas vueltas.
¿Tus padres aún siguen escalando?
Jordi Salas > No escalan, aunque mi padre es un fanático de ir a caminar por Montserrat y otras zonas, hace muchos años que no escala, ya que tuvieron que cortarle los dedos de los pies por congelación hace siglos y le duelen con el roce. Y a mi madre le gusta la montaña en general, ella es más de museos, etc.
Y tú, ¿hasta cuándo te ves escalando?
Jordi Salas > Me veo escalando toda la vida, ¿qué voy a hacer? Aparte de que a mí me gusta tanto, que disfruto de cualquier estilo de escalada y de cualquier grado. Si estoy fuerte, de puta madre, y si no, pues también, ya que escalo magníficas rutas de menos grado y me quedo igual de satisfecho. Proyectos en la cabeza siempre los tengo, la ilusión es lo único que no se puede perder.
¿Les has transmitido a tus hijos la pasión por la escalada?
Jordi Salas > ¡Qué remedio! Les ha tocado conmigo, en casa se han pateado montón de zonas y competiciones, sobre todo mi hija, que cuando nació vivíamos en Yosemite, durante dos años, en una furgoneta Wolskwagen California, la clásica de toda la vida, “la hippy”. ¡Qué días aquellos! Luego me dediqué durante 8 años a vivir de la escalada, una compe después de otra, o sea que el resultado final es que ha salido bailadora de Funki que, por cierto, es muy buena…ganando varias competiciones por todo el país. Pero, ¿de dónde ha sacado el ritmo? De mi mujer y de mí seguro que no. Mi hijo ahora tiene 10 años y, hasta ahora, siempre quería venir conmigo a escalar; pero ahora prefiere irse a jugar con sus amigos, o sea que ya veremos si sigue con la saga familiar. Yo sólo pido que sean felices y que hagan lo que les guste.
Ya que has hablado de Yosemite, sabemos que pasaste mucho tiempo allí cuando eres joven. ¿Qué aprendiste durante esos años?
Jordi Salas > A conseguir tus sueños e ir a por ello, desde los 12 años ya sabía que iría, ahorré durante años, hasta que en el 87 me fui con 16. Sin duda, lo mejor que he hecho, hoy en día aún pienso en ello. Aprendí inglés, conocí gente muy interesante y la filosofía de vida y de escalada de Yosemite me atrae más que la deportiva, que la encuentro más aburrida. Allí hay que proteger las vías, y vives aspectos de la escalada que aquí te pierdes. Hice muchísimo Boulder, fue un sueño hecho realidad.
Por lo tanto, ¿recomiendas la experiencia?
Jordi Salas > Sí, viajar es sin duda es una de las mejores escuelas que te da la vida, recuerdo que los más de 10 años que pasé en los USA, los viví al 100%; dándome cuenta y siendo consciente de mi fortuna por tener la oportunidad de vivir en algunos de los lugares más espectaculares del mundo, como es Yosemite u otros… Quieras o no, eso te marca. También el hecho de conseguir otro de mis sueños, como el de vivir de la escalada, cosa que en España era casi impensable, fue una de las mejores experiencias. Conocer y convivir con gente como Jason Kehl, Tony Yaniro, Scott Franklin, Chris Sharma, Dave Graham, Russ Clune, Obe Carrion, etc, etc. fue realmente increíble; siento gran admiración a todo aquel que en la vida da el todo para conseguir sus objetivos y siga su camino hasta el final, pudiéndose dedicar al 100% a lo que a él le gusta, con todos los problemas que ello conlleva. En la vida hay que tener ambición y disfrutar » el momento” y, si uno tiene algo en la mente, debe ir a por ello sin dudarlo y preguntarse a si mismo ¿Y por qué no? Muchas veces las limitaciones nos las ponemos nosotros mismos, luego el tiempo ya nos pondrá en su sitio, pero todo aquello que has vivido durante el camino, allí esta para ti y para siempre. ¡¡¡DISFRÚTALO!!!!
Supongo que otro de los momentos en que has tenido que preguntarte: “¿y por qué no?” fue a la hora de juntar tu pasión con tu forma de ganarte la vida, al montar una empresa como Blue Arrow. ¿De dónde nace su nombre?
Jordi Salas > El nombre de Blue Arrow nació de mi socio el Jordi del Pozo, lo sacó de una zona de bloque, donde los Boulders están señalados con una flecha azul. Pero debido a que el nombre ya estaba registrado, hemos cambiado a DARK ARROW, antes de que empecemos a crear nuevos productos teníamos que hacer el cambio para así evitar problemas más adelante.
Por cierto, ¿cómo comenzó tu amistad con Jordi del Pozo?
Jordi Salas > En los USA, mi casa por tradición. No sé porqué, pero siempre tengo visitas de muchísima gente de todos los lados del mundo y aquella vez apareció un grupo de personajes que ni conocía, pero fue genial, muchas risas y buenos ratos. Hoy en día me sigue pasando lo mismo, en fin, es lo que hay, en el fondo…me gusta.
¿Y qué pensaste de él cuando lo viste?
Jordi Salas > Un tipo genial y, por cierto, muy buen escalador. Cuando volví de los USA, después de 10 años, me lo encontré Sant Llorenç de Montgai y, a partir de ahí, siempre hemos estado en contacto.
Una curiosidad, ¿ya eres amigo de la “súper vecina”?
Jordi Salas > ¡Qué vecina, por Dios! Claro que nos conocemos, llevamos como más de 10 años llevando a nuestros hijos a la placeta, hablando, riendo, etc. pero nada más allá de esto. Por cierto, ¿quién te ha hablado de la “súper vecina”?
Jeje, bueno, es una historia mundialmente conocida, pero cambiando de tema… tienes mucho amor a Yosemite, pero ¿qué zona de Catalunya consideras la mejor para la escalada?
Jordi Salas > Para mí son dos, clásicas y conocidas por todos: Montserrat, por su particular roca; sus paredes; que siempre que las miro me quedo flipando; su historia, sin duda…es la universidad de Catalunya. Allí tienes todos los estilos de escalada: clásica, deportiva, artificial, etc. Y la otra es Siurana, por la belleza de la zona, su roca compacta, el ambiente fanático de Cornudella, gente súper maja, y sus vías de alta calidad.
¿Has equipado alguna ruta que te gustaría destacar?
Jordi Salas > Sí he equipado algunas vías, pero para mí no tiene ningún mérito. En particular, el hecho de abrir unas vías es cuestión de tiempo y ganas, pero nada más. Estoy en contra de la gente que acribilla una zona con mogollón de rutas, soy de los que opina que hay que equipar lo que a ti te motive y seas capaz de hacer más o menos, no 40 de golpe. ¿Qué escalarán las generaciones futuras? Hemos de dejar respirar a la roca y escalar más. Abrir desde abajo, eso sí que tiene mérito. Aunque parezca que sí, no estoy en contra de abrir desde arriba, pero con lógica, sin abusar. ¿Por qué equipar tanto cuando al 90 por ciento de nosotros nos faltan miles de vías por encadenar? Mejor escalar, ¿no?
No hace mucho te vimos en el vídeo de “Dosage 5”, ¿cómo fue la experiencia de participar en esta grabación?
Jordi Salas >Muy agradable, me encanta escalar con viejos amigos que hacía tiempo que no los veía. Jason Kehl y yo nos conocemos desde hace muchos años, de hecho él era mi alumno y no veas ahora como aprieta. También escalaba mucho con Obe Carrion y otros de los que siempre salen en los vídeos. Yo me fui de USA justo cuando empezaron a hacer los videos de big up, quién sabe igual hubiera sido yo el que saldría por allí, ya que todos mis amigos son los que salen, era como una familia.
Comparando un poco tus inicios como escalador y el presente, ¿cómo ves el ambiente de las competencias y la diferencia de cuando tú competías?
Jordi Salas > El problema está en que, justamente, no existen cambios algunos. Parece que el tema de las competiciones está estancado, siempre en el mismo sitio, sin que se produzcan cambios. Hay que saber vender la escalada como un producto más para el marketing, crear ilusión y crear ídolos, para que la gente tenga un motivo para ir a una compe. Me refiero a la gente que no es de este mundillo. Fíjate que en las compes siempre hay el mismo público: novias o novios, padres, madres y poca cosa más. Aparte, el formato de las compes es realmente aburrido. Incluso para los que escalamos. Son demasiado largas, lentas y les falta algo. Hay que darle más importancia al espectáculo que a la escalada en sí. Luces, speaker, pantallas, música. El espectador al fin y al cabo es el que hace grande un deporte y, si no se le tiene en cuenta, mal vamos. En fin, podría estar hablando muchísimo rato, pero esta es mi opinión sobre el mundo de la competición. ¿Qué busca la gente? Pasárselo bien, ¿no? Y no pasarse horas viendo a un montón de escaladores que no saben ni quiénes son. Lo mejor del deporte es conocer quién juega, sino, no tiene sentido alguno. Ver un partido de tenis o fútbol sin conocer a los participantes es de lo más aburrido. Ya hace años que no tengo ningún interés en las compes, aunque reconozco que cuando me dedicaba a ello en los USA lo disfrute muchísimo. En esa época, los 90, hubo un boom y el calendario de los USA estaba repleto de eventos, hoy en día, no tanto, aunque tal vez ha mejorado en calidad. Y también ha habido un cambio en el estilo de la escalada, siendo hoy en día el Boulder el principal protagonista; en los 90 en cambio, todas las competiciones eran con cuerda.
Fotos Colección de Jordi Salas
Agradecimientos a; Míriam Martínez y Jason Kehl por su colaboración
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