Expedición del CTAC abre dos nuevas vías en el Sinaí
Los últimos meses han sido súper productivos para la escalada venezolana, se escuchan y leen fantásticos relatos de aventuras vividas en el mundo de la vertical. A través de un colega residente en España nos llegan las últimas aventuras de El Centre de Tecnificació d’Alpinisme de Catalunya (CTAC) quienes motivados por el viejo espíritu de la cordada, este pasado mes de febrero se internaban en una expedición al territorio africano, concretamente en Etiopía y Egipto, en busca de paredes perdidas que les ofreciesen líneas interesantes. Así, en el pueblecito egipcio de Arwa, calmaron su sed de escalada Toti Vales, Oriol Fernàndez y Roberto Blasi, que nos cuenta sus vivencias en esta trepidante aventura en la que abrieron dos nuevas vías. La primera, Friends of Bedoins, 420 metros con dificultades de hasta 7b+/c en la impresionante pared de Jabel Barat. La segunda tomó el nombre de Costa Brava, una ruta de 120 metros y 6c+ de dificultad.
Además de lo deportivo, el relato de Blasi brilla por aspectos mucho más humanos. La aventura que supone un viaje así, tomando embarcaciones bajo el abrigo de la hospitalidad de los beduinos. Pero sobre todo brillan las pupilas de los aventureros que, presentando sus respetos a estas culturas desconocidas, han conseguido integrarlas desde este momento en su propia mirada.
Relato de Roberto Blasi.
La belleza del desierto
Hoy en día se ha perdido mucho del viejo espíritu de escalar en cordada. Parece algo anacrónico y fuera de lugar. Los éxitos deportivos son de figuras extraordinarias que abren todos los largos y encadenan vías de pared largo tras largo. Conseguir y mantener buenas cordadas donde todos trabajen por el objetivo común es “arto” difícil. Yo soy uno de esos trabajadores de la montaña, que con poco ego y mucha eficacia, me uno a equipos para escalar y pasear (según diría el gran Picazo) por las paredes. Y ese fue el espíritu de nuestra aventura en el Sinaí (Egipto). Oriol Fernández (miembro del CTAC), Toti Vales (director del CTAC) y yo queríamos escalar en Jordania y luego marchar a Sinaí para abrir vías.
Jordania es un gran país. El 12 de febrero nos fuimos al desierto jordano de Wadi Rum. Allí, el día 13 de febrero escalamos la vía Hiker´s Road (400 metros, 5c max, 5c obligado). Lamentablemente sólo la pudimos hacer hasta la mitad porque no teníamos mucho tiempo: teníamos que marchar hacia Sinaí ese mismo día. Para marchar de Jordania tomamos un ferry desde el puerto de Aquaba, el Ferry nos llevó a través del Mar Rojo hacia Egipto, estábamos cansados pero como éramos un grupo expedicionario pequeño y alegre, el cansancio no impidió disfrutar de un viaje lleno de peculiaridades. Los tres teníamos un verdadero espíritu de cordada que sale a ver mundo, aprender y además escalar.
La primera cosa peculiar: el capitán del navío hablaba perfecto castellano pues se había formado en la marina mercante española. Después, un camionero Jordano que viajaba en el ferry y que se llamaba Jamal, me vio con cara de pasar hambre y me ofreció hamburguesas a mí y a mis amigos. Cuando se enteró de que yo era venezolano, no se detuvo en elogios hacia mí país y hacia Hugo Chávez. Finalmente tuvimos una agradable conversación con dos chilenos (madre e hijo) que navegaban de vuelta a Egipto. Llegamos a las 10 al puerto de Nuewa (Egipto). Un taxi nos llevó hasta Sta. Catalina. Pasamos la noche en el Fox Camp. A las doce estábamos en la cama leyendo. Yo no paraba de pensar en la suerte que habíamos tenido de haber hecho todo en sólo un día. Como practico yoga, recite mantras y di gracias por la suerte que habíamos tenido. El día siguiente, el 14 de febrero, investigamos la zona de escalada de Santa Catalina. El área me parecía que estaba bien, pero ya tenía demasiadas vías. Queríamos unas paredes vírgenes.
Y tuvimos la suerte de encontrarlas. El alpinismo es exploración, aventura y escuela de vida. Como éramos una cordada de alpinistas a la vieja usanza, decidimos salir a buscar la aventura. Subimos al todoterreno de Gime, un guía beduino. Marchamos. Detrás, por el retrovisor, las paredes de Sta. Caterina se despedían perplejas de nuestra locura, inútil y frágil. El día 14, que además era el día de mi aniversario, fue para nuestra cordada el día de exploración de la pared de Jebel Benat. La pared tenía 400 metros. El estilo de apertura de una vía es para mí lo más importante. Hay muchos estilos diferentes, pero los tres principales en mi opinión son: asedio, capsula y ligero (alpino). Nosotros en el Sinaí adoptamos el estilo ligero. Antes de salir de casa ya habíamos optado por el estilo ligero. No facturamos ninguna cuerda estática para fijar largos. Viajamos con 60 kilos de material. En otras paredes quizás eso sea imposible. La tendencia actual es escalar cada vez más ligero y rápido.
Una pared de leyenda
La vía la abrimos en el día. Fue un día estupendo, de buen tiempo. Cada largo presentó diversos y concretos problemas a superar. Pasos de fisura, flanqueos de II-III. Chimeneas y diedros. Algunos largos no dieron demasiados problemas. Subimos a buen ritmo hasta que la cosa se puso difícil.
El séptimo largo comenzó en una amplia repisa, donde no había evidencia de que alguien hubiera pasado antes que nosotros. Yo dejé unas cuantas fitas.
El séptimo largo, es el clave de la vía. Tiene pasos de fisura técnica (7b+/c o A1). Oriol abrió el largo que además tiene una placa de séptimo grado expo. Le tocó el turno a Toti. Escaló un offwith muy vertical. El resolvió con mucho esfuerzo y sufrimiento esa fisura, un buen largo de 6c. Yo estaba en la R8 y creía que aún quedaban un par de largos hasta la cima. Abrí el siguiente largo, que comenzaba con un offwith de V + o quizás sexto grado. Era un largo precioso. Cuando lo termine me di cuenta de que la pared ya no ofrecía dificultades. Quedaba una trepada de trescientos metros de II, III hasta la cumbre.
La cumbre tiene unos 1500 metros de altura. Después de disfrutar un rato del paisaje bajamos contentos de nuestro éxito. En Arwa, Mohamed nos esperaba con la cena. Y así es como fue abierta la vía Friends of the Bedouins al Jebel Benat, que tiene 435 metros y la siguiente dificultad: 7b+/c o A1 (7a expo obligado). Para escalarla no usamos expansiones ni clavos. Recomiendo usar dos juegos de Totem Cams y friends.
Una más para la colección
Toti ha abierto vías Costa Brava en casi todos los rincones del planeta. Así que antes de partir a la pared, ya sabíamos que nombre llevaría la nueva vía. El de 15 de febrero abrimos una típica vía del desierto: roca de calidad variable, ninguna expansión dejada en la pared, buenas reuniones y un final en lo alto de una cumbre de ensueño. El primer largo de la vía era un diedro chimenea, roto, que Oriol escaló con mucho cuidado. Yo aseguraba. Trozos de piedra caían al suelo. Era un campo de tiro. El siguiente largo, un quinto de diedro terminaba en una amplia plataforma. El último largo, precioso, superaba chimeneas y caprichosas formas del desierto. Fue necesaria una trepada de 200 metros hasta la cima del El Srarwe.
A la vuelta hicimos un recorrido circular. Vimos una escuela, un cementerio, el oasis de Al-Kahrn y finalmente nuestro poblado: Arwa. Al llegar nos esperaban los beduinos. Otra vez hicimos el ritual del té y cenamos.
Esta es la historia de la apertura de Costa Brava a El Srarwe. La vía tiene 120 metros y una dificultad máxima de 6c+. Para escalarla no usamos expansiones, ni clavos. Fue necesario un juego súper completo de Totems Cams, friends grandes y fisureros. En el Sinaí yo plegue cuerdas, asegure, tome fotos y organicé el material. También subí lo más rápido posible cuando subí de segundo. Así ayudé a los escaladores de mi cordada que estaban más en forma a abrir la vía. Seguía el viejo espíritu de cordada de otras épocas, hoy perdido.
De regreso a Barcelona
Nuestra atrevida cordada tenía que volver a Amman para tomar el vuelo a casa. No tardamos mucho en recogerlo todo y marcharnos a Sta. Catalina. Gime nos llevó a su casa como invitados de honor. Conocimos a sus hijas. Cenamos con nuestro nuevo amigo. Al día siguiente viajamos a Jordania. Una vez en Amman pasamos la tarde comprando recuerdos para la familia y escalando en el rocódromo Climbat Amman. Terminamos en el bar Amigos celebrando el éxito de la expedición. En el viaje logramos tres cosas: nuevos amigos, volver sanos y dos vías muy hermosas.
Actividad realizada por Toti Vales (director del Centro de Tecnificación de Alpinismo de Cataluña), Oriol Fernández (miembro del CTAC) y Roberto Blasi (guía de escalada, miembro del CE de Terrassa)
Agradecimientos:
CTAC, FEEC, Secretaría General del Deporte, Top 30
Aliens, Camarasa Muntanya, Faders, Fixe, MountainGang.com, Tenaya, Totem MT
Nota de Roberto Blasi: El Sinaí es una zona militarizada. Es necesario un permiso para aventurarse en el desierto, y todos los escaladores deben estar acompañados por un guía local beduino. Esto ahorra problemas con los militares. Los Beduinos son muy respetados por los Egipcios. Aquí va el contacto de Gime Ahmed (Jimmy) guía beduino. Tel. 00201224861258. Tel. 00201117816916. Conoce todas las zonas de escalada y las aproximaciones a las vías. Habla inglés.
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